En un artículo muy sabio, el padre José Fitzgerald, cura de la Iglesia católica en la Comarca
Ngobe Buglé, nos
recuerda que sólo en 2014 en EEUU fueron desmanteladas 72 hidroeléctricas (y,
además, un total de 900 en las últimas dos décadas). Según la revista National
Geographic “están
recuperando los ecosistemas naturales para liberar los ríos, desarmando las
hidroeléctricas después de muchos años de daños. Los peces están de nuevo
migrando hace arriba donde han recuperado más de 1,100 kilómetros de ríos. No
es tarde, puntualiza Fitzgerald, para tomar la decisión responsable sobre Barro
Blanco, desmantelar la construcción y dejar al río correr libre.
Fitzgerald también le envía a todos los panameños un
mensaje sobre como hacen las familias ngobe y buglé para sobrevivir en esta
época del año (entre cosechas). Cuando la alimentación es escasa se practica la
reciprocidad y solidaridad entre familias. Es decir, los que tienen en
abundancia comparten con los vecinos que han tenido dificultades. Según
Fitzgerald, la base espiritual descansa en la práctica de ‘compartir la casa’.
Para los ngobe y buglé, todos vivimos en una sola casa, la casa de Dios, que es
toda la Tierra y lo que contiene.
Hay una total coincidencia entre esta filosofía y la
reciente encíclica del papa Francisco (jefe de la Iglesia católica): ‘Alabado sea: Sobre el cuidado de la casa
común’. Según Fitzgerald, uno puede imaginar que el papa Francisco escribió
la encíclica junto al río, sentando bajo un palo de mango, escuchando los
oprimidos de la casa común. El papa tomaría muy en serio la gran sabiduría que
ofrecen los pueblos para salir de la crisis. Crisis provocada por sobreponer
los intereses económicos por encima de las necesidades que demandan el
ambiente, la cultura y el espíritu.
El
papa Francisco, agrega Fitzgerald, critica directamente las grandes violaciones de los gobiernos y
empresas contra los derechos de los pueblos ngobe y buglé. El papa “señala
los pecados contra la integridad de la creación de Dios por la imposición de
proyectos que no consideran los efectos ambientales, culturales y espirituales”
como Barro Blanco. (Lo) presenta como una ofensa contra Dios en su plan para la
renovación de la tierra y el cielo. Estamos equivocados si creemos en el
‘desarrollo’ no planificado a base de una ‘visión consumista del ser humano'. (Alabado
sea 144)
En
Panamá tenemos tres presidentes que han gobernado durante la construcción de la
represa hidroeléctrica de Barro Blanco: Martín Torrijos, Ricardo Martinelli y
Juan C. Varela. Los tres mandatarios elegidos en 2004, 2009 y 2014,
respectivamente, han colocado por encima de los intereses del país y de los pueblos
ngobe y buglé, a un grupo de especuladores cuyos cabecillas están, actualmente,
detenidos por peculados en Honduras. Pasaron por encima de las leyes panameñas
y de los reglamentos ambientales (con la complicidad de funcionarios públicos)
para alegar ahora que son inocentes de todo pecado, buscando la manta de la ‘seguridad
jurídica’ inexistente para este caso.
El papa dice que “en
diversas partes del mundo, (los indígenas) son objeto de presiones para que
abandonen sus tierras a fin de dejarlas libres para proyectos extractivos… que
no prestan atención a la degradación de la naturaleza y de la cultura”. El papa
también expresa que “es indispensable prestar especial atención a las
comunidades (indígenas) y sus tradiciones culturales. No son una simple minoría
entre otras, sino los principales interlocutores, sobre todo a la hora de
avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios”. (Alabado sea 146).
Los pueblos ngobe y buglé
se han levantado contra la imposición de una represa que les arrebata su
cultura y abre el camino a su extinción. La hidroeléctrica es una apuesta de
los especuladores, basada en la posible explotación futura de una mina de
cobre. Si falla, creen que la energía podría sumarse al flujo contemplado por
el proyecto meso-americano que alimentaría a EEUU (Los Angeles vía Houston).
Fitzgerald asegura que los
ngobe “saben cuál es el orden que Dios ha puesto en esta parte de la tierra,
donde las aguas fuertes vienen de la cordillera, caen sobre la tierra, bajan en
las quebradas y son llevadas al mar por los caldosos ríos”. La encíclica del
papa nos pide que rescatemos ese rincón de la tierra y que los gobernantes
tomen conciencia que el futuro de todos los panameños está en Barro Blanco.
2 de julio
de 2015.
Muy buen día estimado profesor Marco Gandásegui!
ResponderBorrarEstoy interesada en leer un artículo suyo : "Hacia la regulación de drogas ilícitas", el mismo aparenta estar en la página del observatorio de drogas de la Universidad de Panamá, pero sale con error. Estoy escribiendo una tesis sobre la despenalización del cannabis y necesito alimentarme de información lo más que pueda, no es de menos, sumarle datos de un nacional. Muchas gracias por su ayuda.