jueves, 26 de noviembre de 2015

Hay que derogar la Ley 51 de la CSS




En febrero de 2015 señalé que la Ley 51 de 2005 fue concebida para transferir los fondos de la Caja de Seguro Social (CSS) a las diferentes agencias privadas financieras panameñas y extranjeras que especulan con los ahorros de los trabajadores panameños. Ya era público y notorio que el daño que la ley 51 le hacía al programa de Invalidez, vejez y muerte (IVM) de la CSS era catastrófico.
¿En qué consiste la lógica de la legislación introducida en la CSS en 2005? Por un lado, las cuotas que pagan los trabajadores a la CSS para el programa IVM se dividirían en dos fondos. Habría un programa para quienes pagan menos de B/800 que seguiría siendo solidario. También habría un programa para quienes pagan cuotas correspondientes a un salario de más de B/800, que sería individual. Es decir, el asegurado recibiría al llegar a su edad de jubilación la suma de lo acumulado durante toda su vida laboral.
Además, los que estaban en el programa solidario en 2005 y querían seguir  siendo miembros podían hacerlo. Todos los que entraban al programa de la CSS con salarios superiores a B/800 después de 2005 estaban obligados a sumarse al plan de jubilación individual.
Por el otro, las cuotas que pagan los trabajadores benefician a los especuladores, sin beneficio alguno para los asegurados. Los trabajadores sólo reciben lo aportado durante largos años de trabajo. Los fondos adicionales que generan los ahorros son transferidos en su totalidad a los especuladores. Además, si los agentes privados hacen malas inversiones y/o quiebran, los asegurados pierden todos sus ahorros.
En el caso del sistema solidario los trabajadores del presente cubren las pensiones de los trabajadores del pasado. Se parte de un supuesto lógico en este sistema. Siempre habrán más trabajadores y, también, estarán ganando más que los que pertenecían al sistema en el pasado. Esta lógica se ha sostenido en todos los sistemas de seguro social solidario.
En el caso del sistema individual, el trabajador no cuenta con una red que lo proteja de cualquier percance – enfermedad o accidente – que podría dejarlo abandonado a su suerte. El valor que tiene el “seguro social” es precisamente que ofrece un sostén. Esta es la diferencia con el seguro individual o privado que no lo ofrece.
En el caso de Panamá, las cuotas de los que menos cotizan no podrán cubrir las necesidades de los que se están jubilando en los próximos 10 años. Los que más cotizan están fuera del programa solidario y tienen sus planes individuales (que benefician sólo a los especuladores que reciben sus cuotas).
Lo peor de la situación es que los administradores de la CSS a partir de 2005 no conocen la institución, su situación financiera, ni su potencial. Un empresario ligado a la Caja confesó quela CSS debe emitir el estado de cuenta y entregárselo a las personas que están en el sistema, con detalles de lo ahorrado en su cuenta personal y los intereses devengados”. Eso no se hace.
Un exdirector de la CSS afirmó que “en este momento tenemos información imprecisa, porque los estados financieros ameritan ser depurados y auditados”. Agregó que “el programa de IVM siempre ha tenido un futuro incierto”. Desde hace tres años no se conoce el estado financiero de la institución. Se hicieron inversiones en compras y edificaciones sin control por parte de la CSS. Sin embargo, los responsables llevaban una contabilidad minuciosa de las ganancias que arrojaban las operaciones.
Los responsables admiten de manera cándida que los directivos sólo han pensado en hacer negocios con los fondos de la CSS. Un miembro de la junta directiva admitió que “hay una serie de compromisos que se deben pagar y si todo está bien sustentado, nosotros como junta directiva damos el visto bueno”. Parece que no importa que eso signifique hundir a la institución y todos los asegurados.
Según el actual director de la entidad, se siente obligado a pagar 1,200 millones de dólares a varios acreedores en un plazo de cuatro años. Para evitar la catástrofe puede suspender las obras y los pagos. Si lo obligan a pagar, puede extender el plazo a 2050. Un expresidente de la Cámara de Comercio dijo que “el programa no es sostenible en el tiempo”. Sólo le faltó agregar que la única solución es derogar la Ley 51 de 2005 y regresar al sistema de seguro social solidario.
26 de noviembre de 2015.


Finanzas de la CSS, en riesgo
Fuente: La Prensa (internet), Panamá, p.8, 12 de noviembre de 2015.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Panamá y la guerra en el desierto de Siria


El mundo fue golpeado la semana pasada por actos terroristas en Beirut y París, que cobraron 40 y 130 vidas, respectivamente. Murieron personas comunes y corrientes que desarrollaban sus vidas normales. El terrorismo es un arma tanto de los débiles como de los poderosos, utilizada desde que se tienen registros históricos. Desde hace varios lustros, el Medio Oriente y el norte de Africa han sido objeto de ataques terroristas de las fuerzas aéreas más sofisticadas del mundo, causando centenares de miles de bajas.
El gobierno francés anunció que, en retribución de los atentados realizados en su capital, inició un plan de bombardeos contra al Raqa, sede administrativa del Estado Islámico en el desierto de Siria. Por otro lado, EEUU también está atacando ‘fortalezas’ del Estado Islámico en Siria. Rusia no se queda atrás y ha desatado quizás el bombardeo más sistemático de las posiciones islámicas en el desierto sirio.
Las grandes potencias se reunieron el pasado fin de semana y acordaron coordinar sus esfuerzos para poner fin a la guerra. Los pueblos del mundo y la mayoría de los gobiernos no confían mucho en las negociaciones entre quienes dicen buscar la paz. Desde hace un siglo – desde la primera guerra mundial – las potencias europeas, EEUU y Rusia intervienen en la región tratando de ganar espacio para beneficiar sus intereses.
¿Cómo se entiende que los ejércitos más poderosos del mundo no pueden controlar los avances del Estado Islámico? La respuesta parece no ser tan difícil. La guerra en el Medio Oriente es sólo en parte militar. En realidad, es una lucha política. EEUU no está en guerra con el Estado Islámico. Su enemigo es el gobierno de Siria atrincherado en el sur y oeste de ese país. Francia, a su vez, quiere recuperar sus antiguas colonias y de paso el norte de Africa. Rusia quiere proteger su flanco sur (el Mar Negro y por extensión el Mediterráneo).
Otro elemento que ayuda a entender porqué el Estado Islámico aparenta ser invencible es la terrible guerra de exterminio que desató EEUU contra Irak a partir de 2003. Cuando Washington se retiró del país árabe en 2013, no quedaba institución sobre la cual podía levantarse el pueblo. Las divisiones políticas y las luchas internas eran la garantía que EEUU necesitaba para someter a los iraquíes. El noroeste de Iraq, sin embargo, se rebeló y barrió con el ejército de Bagdad.
Los estrategas norteamericanos aprovecharon la coyuntura para sumar las fuerzas de los iraquíes a los grupos sublevados en Siria. En un ejercicio ‘pinzas’ EEUU movilizó una “Santa Alianza” encabezada por Arabia Saudita e Israel para ahogar al gobierno de Siria. A la alianza, sumó a Turquía y Jordania. Los rusos por las razones mencionadas apoyaron a Siria y en el otro extremo del tablero, Irán hizo lo mismo. Mientras que las potencias continúan desatando a diario actos de terrorismo, gran parte del pueblo sirio es despojado de sus ciudades y campos, obligado a huir en cualquier dirección para evitar la muerte.
En Damasco, el gobierno sirio resiste a pesar de su enemistad histórica con EEUU e Israel. ¿Por qué no colapsa como ocurrió en Iraq, Afganistán y Libia? La primera razón es que Damasco logró evitar ser objeto de los bombardeos terroristas por parte de EEUU y sus aliados. Además, la guerra ha sido, en gran parte, en el desierto donde el Estado Islámico y sus aliados internos y externos han logrado importantes victorias militares.
El Estado Islámico se ha enfrentado al ejército de Bagdad (Iraq), apoyado por Irán y fuerzas irregulares libanesas. En el norte lucha contra los kurdos quienes han defendido sus territorios con éxito a pesar de los turcos. Todo indica que los islamistas reciben apoyo condicionado de Arabia Saudita, Turquía y Jordania. A su vez, reciben indirectamente ayuda de EEUU e Israel.
El gobierno panameño cometió el error de comprometer el país en una ‘alianza’ con EEUU para su lucha contra el Estado Islámico. No tomó las precauciones de estudiar – con detenimiento - lo que está pasando en el Medio Oriente. Panamá aún tiene principios a pesar del gobierno. En el campo de las relaciones internacionales, su primer compromiso es garantizar la neutralidad del país ante cualquier guerra, próxima o lejana. EEUU no respeta la soberanía panameña a pesar de que en 1977 firmó un Tratado - vigente - que lo obliga a reconocer nuestra Neutralidad.
19 de noviembre de 2015.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Publican antología de Carmen A. Miró



Carmen A. Miró es probablemente la figura más destacada que ha producido las ciencias sociales panameñas. Formada como socióloga y estadígrafa, se destacó como directora del Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE) de las Naciones Unidas (ONU). Recibió el primer premio mundial de Población concedido por ese organismo internacional. Sus profesores en el Instituto Nacional la educaron para que fuera una dirigente nacional y rebasó con creces las expectativas. También hizo sus estudios de licenciatura en la Universidad de Panamá, cuna de los profesionales más destacados del país.
El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la editora Siglo XXI (México) juntaron esfuerzos para reunir una selección de sus trabajos sobre población para publicarlos en un volumen. Carmen se inició como investigadora en la Dirección de Estadística y Censo (de Panamá) donde rápidamente escaló para dirigir el primer censo ‘científico’ del país en 1950. Fue reclutada en 1959 por la ONU para dirigir el CELADE. Durante más de medio siglo se dedicó a estudiar uno de los problemas sociales considerado como el más urgente durante la segunda mitad del siglo XX: El rápido crecimiento de la población, que las potencias mundiales consideraban una bomba de tiempo. Incluso, para inculcar temor a la supuesta tendencia de sobre-población, le aplicaron el calificativo de ‘explosión demográfica’.
En medio de esa época de turbulencia, Carmen encabezó un grupo de demógrafos en el mundo que insistió que el problema de la población tenía una base social que lo explicaba. Era necesario, alegaba la científica panameña, que se investigara las contradicciones sociales que sacudían el mundo para entender el comportamiento de la población. A pesar de las resistencias, finalmente se aceptó que el comportamiento – especialmente el crecimiento – de la población es un reflejo de la forma desigual e injusta en que las sociedades modernas  se organizan.
La llamada ‘explosión demográfica’ se superó y, en la actualidad, el mundo se encuentra en una ‘transición demográfica’, hacia el envejecimiento de la población. Los trabajos más recientes de Carmen enfocan este fenómeno y sus implicaciones a escala mundial y, en particular, para Panamá.





En un esfuerzo editorial conjunto, CLACSO y Siglo XXI pusieron en circulación la colección de libros: “Antología del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño” conformada por 10 títulos de destacados científicos sociales, clásicos del pensamiento crítico latinoamericano. Carmen es la única mujer que fue seleccionada para formar parte de la colección. La selección de trabajos para el volumen América Latina, población y desarrollo fue realizada por el sociólogo panameño, Dídimo Castillo, y la demógrafa mexicana, Brígida García.
La presentación de la colección, según los editores, está “integrada por una selección cuidadosamente elaborada de parte de las contribuciones teóricas más relevantes de dichos autores, orientadas a la comprensión de la problemática social latinoamericana, desarrollada desde diversas perspectivas, contextos y circunstancias históricas”. Según CLACSO y Siglo XXI, las obras “intentan rescatar ese amplio cúmulo de conocimiento alternativo, fundamental para la comprensión pasada, actual y futura de la realidad latinoamericana”.
La antología sobre Carmen A. Miró es acompañada por los otros 9 autores considerados más emblemáticos de la región. La colección incluye los libros: De la sociología del poder a la sociología de la explotación: pensar América Latina en el siglo XX de Pablo González Casanova (antología y presentación de Marcos Roitman Rosenmann). También incluye Una sociología sentipensante para América Latina de Orlando Fals Borda (antología y presentación de Víctor Manuel Moncayo). A su vez, La potencia plebeya: acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia de Álvaro García Linera (antología y presentación de Pablo Stefanoni). La autodeterminación de las masas de René Zavaleta (antología y presentación de Luis Tapia).
La colección incluye también Dominación y desigualdad: el dilema social latinoamericano de Florestan Fernandes (antología y presentación de Heloísa Fernandes).  Dimensiones sociales, políticas y culturales del desarrollo de Enzo Faletto, (antología y presentación de Manuel Antonio Garretón). América Latina, dependencia y globalización de Ruy Mauro Marini (antología y presentación Carlos Eduardo Martins). Entre la ira y la esperanza y otros ensayos de crítica latinoamericana de Agustín Cueva (antología y presentación de Alejandro Moreano). Finalmente, Centroamérica: entre revoluciones y democracia de Edelberto Torres-Rivas (antología y presentación de Jorge Rovira Más).
La obra de Carmen y la colección entera estará a la venta en las principales librerías de América Latina y muy pronto a disposición de investigadores en la Biblioteca Virtual de CLACSO.
12 de noviembre de 2015.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Protesta social o terrorismo


 
Los panameños nos reunimos el pasado 3 de noviembre para celebrar y, a la vez, reflexionar sobre el significado de nuestra declaración de independencia hace 112 años. En el transcurso de esos años se consolidó la República y surgió un proyecto de Nación que encabezó una vanguardia estudiantil en la lucha por la soberanía.
Pocos días antes de la fecha que marcaba el aniversario, las autoridades gubernamentales decidieron poner fin al encarcelamiento de los últimos tres estudiantes del Instituto Nacional y darles una medida cautelar de ‘casa por cárcel’. Ya habían entregado a sus familiares a los otros 7 estudiantes institutores privados de libertad. Todos acusados de ‘terrorismo’ por protestar contra la negligencia administrativa que tiene postrado el histórico plantel que se cubrió de gloria durante la insurrección popular iniciada el 9 de enero de 1964.
La protesta social es una manifestación producto de un malestar que comparte un grupo social que reclama sus derechos humanos. La protesta va dirigida contra alguna instancia representativa de la autoridad. Esta puede reaccionar desatando la represión violenta o puede neutralizar la protesta social mediante distintas tácticas. Entre estas últimas, está el llamado al diálogo (por parte de la autoridad).
La protesta social tiene un origen de clase. La protesta generada por un sector social que pone en peligro el orden establecido es objeto de represión. Si la protesta es de una clase que no constituye un peligro, se espera que se diluya con la aplicación de tácticas moderadas.
Las protestas sociales que ponen en peligro el orden político siempre han sido criminalizadas. En la sociedad moderna, cuando la protesta social es en el marco de un paro de labores se desata la violencia clasista. Cuando la movilización reivindica un derecho social (agua, vivienda, educación) se criminaliza.
En Panamá las movilizaciones estudiantiles son parte de las protestas sociales desde mediados del siglo XX. Las protestas por la calidad de los planteles, de los programas o la escasez de educadores se complementaba con la cuestión social (condiciones de vida) y la soberanía nacional. Entre 1940 y 1960 la educación comenzó a masificarse y las autoridades no entendieron el fenómeno y fueron incapaces de concebir una política para manejar la nueva situación.
La vanguardia de los estudiantes es reprimida y criminalizada. Las autoridades militares después del golpe de 1968 intentan cooptar a los líderes estudiantiles en vez de reprimirlos. A partir de 1990, después de la invasión, las autoridades nunca pretendieron incorporar a los estudiantes en sus programas de gobierno. Los partidos políticos de la época - que siguen vigentes – se olvidaron de las lecciones de Eusebio A. Morales quien decía que la educación es clave para formar los dirigentes nacionales.
En vez de enfrentar las reivindicaciones de los estudiantes, los gobernantes optaron por abandonar la educación como herramienta estratégica en sus planes. Los planteles y los educadores son cada vez más ignorados en los presupuestos nacionales aprobados. Como política laboral se privilegia al trabajador precario sobre el trabajador especialista. La educación juega un papel cada vez menos estratégico en la formación de los trabajadores, técnicos y profesionales.
Las protestas sociales en los colegios de Panamá se han vuelto esporádicas en la actualidad. La excepción fue, y sigue siendo, el Instituto Nacional. Las protestas estudiantiles son constantes por el abandono por parte de los gobiernos de turno de la educación, por la creciente pobreza en todos los estratos del país y la entrega del patrimonio nacional (incluyendo el Canal de Panamá) a una pequeña oligarquía e intereses extranjeros.
El Instituto Nacional está intervenido por el gobierno y sus agencias represivas. Toda forma de organización o reunión son prohibidas y quienes son sospechosos de cometer estos actos son expulsados.
La escalada represiva llegó a su punto más alto en 2015 cuando, después de una protesta social, 10 estudiantes sospechosos, identificados por desconocidos, fueron secuestrados por agentes de la autoridad quienes allanaron sus hogares y llevados a centros de detención. Fueron acusados de terrorismo. Esta es una figura jurídica novedosa y peligrosa en Panamá. Fue introducida al ordenamiento legal por insistencia de EEUU. 
En Panamá la protesta social – en todas sus manifestaciones clasistas - ha sido criminalizada y ahora es homologada con la nueva categoría de terrorismo. Los gobernantes le han declarado la guerra a nuestro proyecto de Nación, siempre defendido por los estudiantes, especialmente por los institutores.
Todos solidarizamos con los estudiantes institutores.
5 de noviembre de 2015.