jueves, 27 de agosto de 2015

La ciudad de Panamá navega sin brújula



En la polis griega el ciudadano era el propietario agrícola. El comerciante, el trabajador y el esclavo no eran ciudadanos. Estas tres clases representaban el 90 por ciento de la población. Los terratenientes sólo el 10 por ciento. El cincuenta por ciento de los propietarios – que eran mujeres - tampoco tenía derechos ciudadanos. De tal manera, que una pequeña minoría de sólo el 5 por ciento de la población adulta era ciudadana. ¿Cuáles eran los derechos de los ciudadanos griegos? Establecer todas las reglas que definían las relaciones entre los miembros de la sociedad: Entre amo y esclavo, entre patrón y trabajador, entre productores y comerciantes y, muy importante, entre hombres y mujeres.
Esta organización no la inventaron los griegos. Usamos el ejemplo griego por el hecho de que los romanos lo adoptaron y adaptaron y la legaron a las sociedades emergentes de Europa occidental, hace poco más de mil años. Los europeos, a su vez, definieron la función de las ciudades americanas después de la conquista y sentaron las bases de la urbe moderna. Estoy hablando sobre el impacto que tuvo el desarrollo capitalista sobre “nuestras ideas” en lo concerniente a lo urbano. En la actualidad, la ciudad que conocemos a lo largo y ancho del mundo moderno está subordinada a las reglas capitalistas asociadas con la acumulación. A partir de la “revolución industrial” las ciudades fueron transformadas o, en algunos casos, fundadas para promover la acumulación capitalista sin descanso, sólo sujeto a interrupciones cíclicas.
El templo que acogía la religión – literalmente – fue expulsado del núcleo central de la urbe (ver Washington y la misma ciudad de Colón). En su lugar apareció el nervio asociado con los negocios. En la actualidad, es común escuchar: ¿para qué se quiere una plaza pública si tenemos el centro comercial, el mall?
El capitalismo emerge armado con una ideología liberal para derrotar a las fuerzas precapitalistas que tenían como base nociones sobrenaturales (religión) sobre la existencia social (humana) que legitimaba la dominación de una clase propietaria terrateniente. La ciudad liberal se convirtió en campeona del libre comercio, la libertad de pensamiento mercantil y de la autorregulación.
El ciudadano de la ciudad moderna es el capitalista. El capitalista es aquel que se apropia de la acumulación incesante de capital. El capital es una relación entre propiedad y trabajo que crea riqueza. Los trabajadores representan el 90 por ciento de la población y los capitalistas menos del 10 por ciento restante. La mujer tiende a contribuir, en forma creciente aunque en forma indirecta y limitada, a la acumulación capitalista 
¿Cuáles son los derechos de los ciudadanos capitalistas? Establecer todas las reglas que definen las relaciones entre los miembros de la sociedad: Entre capitalista y obrero, entre capitalista y rentista, entre capitalista y comerciante, entre patrón y trabajador y, todavía, entre hombres y mujeres. Esta correlación de fuerzas entre las distintas clases sociales es lo que se llama el Estado. Es el aparato que ejecuta políticas y conserva el orden mediante el control social y la violencia.
Hay tres contradicciones que caracterizan a las ciudades que forman una red en el sistema mundo capitalista actual. En primer lugar, la contradicciones entre producción y consumo, que se expresa mediante la distribución desigual creciente de la riqueza y la corrupción. Segundo, la contradicción ecológica y la destrucción del medio, que pone en peligro los recursos del planeta y la sobrevivencia de la especie humana.  
Tercero, la contradicción política que descansa sobre una propuesta de democracia restringida a la participación de sólo el 10 por ciento de la población (que se apropia del derecho ciudadano). Las contradicciones entre producción y consumo, pasando por la distribución desigual de la riqueza, tienden a agudizarse con el empobrecimiento de los agentes de la producción.
La ciudad de Panamá, como todas las ciudades sin plan de desarrollo o visión de futuro, es un ‘monstruo’ que crece sin dirección devorando todo lo que encuentra en su camino. Está al servicio de la acumulación capitalista ‘salvaje’ que no respeta naturaleza ni seres humanos y que pronto acabará con sus propios ciudadanos. La única salvación parece ser que los panameños subordinemos el crecimiento (económico) capitalista a los intereses de la población. Hay que administrar los recursos de la ciudad para beneficio de todos y no sólo para una pequeña casta que se cree que son los únicos ciudadanos.
27 de agosto de 2015.

jueves, 20 de agosto de 2015

Los ejercicios militares Panamax 2015



En Panamá se ha vuelto una práctica común la censura de la prensa. Hasta la fecha, los medios de comunicación bloquean todas las noticias sobre la huelga de los 1,700 trabajadores de la Cervecería Nacional. Igualmente, a principios de este mes no dieron a conocer los ejercicios Panamax 2015 que organizó el Comando Sur de EEUU “para defender el Canal de Panamá”. El Comando Sur invitó a 19 fuerzas armadas de igual número de países para enfrentar “amenazas comunes” y reunirse para conocerse mejor. Entre los 19 participantes, Panamá tuvo la suerte de ser invitada.
Según el jefe militar de un país latinoamericano, "el enfoque de ese ejercicio es desarrollar operaciones entre nuestras unidades y tener la oportunidad de enfrentar de cerca nuestra realidad de amenazas regionales”. Obviamente, el comandante se refería a las maniobras con sus contrapartes del Comando Sur. "Al trabajar juntos, prevenimos acciones que amenacen la seguridad marítima y que buscan prevenir la libre navegación y desestabilizar la región”. En su momento, los jefes del Comando Sur de EEUU identificaron a “lo campesinos e indígenas” panameños como los enemigos a combatir. ¿Estarán pensando los ejércitos de algunos países latinoamericanos reprimir a quienes protestan en Panamá? ¿Crear en Panamá otro Haití ocupado por fuerzas extranjeras?
El jefe del Comando Sur de EEUU fue más explícito y señaló que al final de este ejercicio, “las relaciones que se hayan establecido y el entendimiento mutuo alcanzado, nos servirán mucho en el evento de tener que establecer juntos una fuerza de coalición para un evento real”. PANAMAX 2015 lo organizó EEUU entre el 27 de julio y el 7 de agosto, con la participación de representantes de 15 países latinoamericanos: Belice, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Costa Rica, El Salvador, Francia, Jamaica, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana. Además, estuvieron en los ejercicios efectivos militares de Canadá, Francia y Reino Unido. EEUU no invitó a Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador ni Venezuela.
El gobierno panameño no participó en la organización de los ejercicios militares a pesar de ser el objeto de las estrategias y operaciones desplegadas. EEUU está entrenando y mantiene a nivel operativo a dos divisiones militares en Panamá. Por un lado, el Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT) y, por el otro,  el Servicio Nacional Naval (SENAN). Washington desarrolla estos planes a pesar de que la Constitución Política de Panamá prohíbe la organización de fuerzas armadas en el país. EEUU y los gobiernos panameños ignoran este mandato. 
Según un artículo publicado por el periodista militar de EEUU, Alex Sanchez, los ejercicios Panamax se realizan con el fin de prevenir acciones de los ‘carteles mexicanos’ o la ‘guerrilla colombiana’.  También destaca la posibilidad de una acción “multinancional para retomar el control del Canal de Panamá si ocurriera un incidente como el del Canal de Suez en 1956” (sic). Agrega que también hay que estar “preparados para enfrentar a un gobernante autoritario como el general Manuel Noriega si llegara al poder”. Los escenarios son ‘hollywoodenses’, dice Sanchez. Pero EEUU siempre tiene que estar preparado para invadir nuevamente a Panamá. 
Es lamentable que periodistas escriban sin conocer la historia y menos la situación de los países latinoamericanos y, en particular, la de Panamá. El contraalmirante Jon Mathenson, subcomandante de las fuerzas navales del Comando Sur y de la IV Flota de EEUU, aseguró que el ejercicio PANAMAX “está diseñado para responder en caso de una petición del país anfitrión. Señaló también que entre las amenazas se incluye “el crimen organizado transnacional”. Destacó que los ejercicios militares se realizaron “promoviendo la paz, la estabilidad y la prosperidad”. Las autoridades panameñas – incluyendo el Ministerio de Seguridad Pública – no se pronunciaron durante los ejercicios militares.
En los ejercicios del año pasado -  2014 - el Comando Sur creó un escenario fantasioso para desarrollar los ejercicios Panamax. Crearon una nación - Nueva Centralia – que estaba bajo ataque. Según sus comunicadores, “un grupo de violentos terroristas amenazaban el comercio mundial. La solución del problema dependía de las Fuerzas Multinacionales Sur (MNFS), al mando del Comando Sur de EEUU”. Para completar la fantasía, el Comando Sur invita a las fuerzas militares de la región para proteger el Canal de Panamá y “honrar los esfuerzos de Panamá para proteger su soberanía”.
EEUU todavía no entiende que sólo los panameños defendemos nuestra soberanía. Es una lección que aprendimos y aplicamos en el siglo XX.
20 de agosto de 2015.

jueves, 13 de agosto de 2015

El ‘círculo cero’ de la corrupción y de los negocios



El gobierno del presidente Juan C. Varela cumplirá 15 meses en el poder y aún no ha logrado deshacerse del pesado fardo que heredó de los gobernantes anteriores, especialmente de su inmediato antecesor, Ricardo Martinelli. El gran capital panameño y el extranjero se quejan que su gestión es muy lenta. No se ven las mega-obras que pondrían en movimiento sus capitales especulativos. El mote que los medios de comunicación propiedad de Martinelli le pusieron a Varela – “Tortugón” - se ha generalizado, incluso entre sus copartidarios.
Varela heredó los problemas que dejó Martinelli, especialmente los relacionados con los escandalosos desfalcos, dolos y robos de los cuales son acusados el ex-mandatario y su círculo de confianza. El gobierno que preside Varela ha hecho énfasis en su disposición de llevar a Martinelli y sus asociados a los tribunales de justicia del país. Hay fuertes indicios que la corrupción y desfalcos que se investigarán tocarán las puertas de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). Hay un miembro de la Junta directiva, que ha sido llamado por el Ministerio Púbico para que declare ante la fiscalía. Hay otro que es muy vulnerable. Los demás no están libres de ‘pecados’.
La ACP tiene problemas financieros serios con el Grupo que construye la ampliación del Canal. Tiene que enfrentar los intereses de los especuladores que están acabando con la cuenca que alimenta de agua a la vía interoceánica. Pone los intereses de los miembros de su junta directiva y de sus socios por encima de los del país. Es el caso de los negocios multimillonarios vinculados con los proyectos de puertos de Corozal, Rodman y Farfán. Por primera vez en 70 años, los trabajadores del Canal están protestando por las decisiones equivocadas de la Administración de la ACP que los perjudica.
Varela no exige cuentas y deja que continúe la fiesta en torno al Canal de Panamá. En primer lugar, debe exigir la renuncia de los directivos corruptos de la ACP. Segundo, debe exigir por orden ejecutiva el respeto a la cuenca del Canal. A su vez, debe salir por delante y garantizar los derechos de todos los trabajadores del Canal. Por último, debe someter a todas las tierras asignadas a la ACP a un plan de desarrollo racional en beneficio del país.
Varela también recibió – en 2014 - un país con un pueblo protestando por los abusos de autoridad que pretenden despojar a los pueblos de sus tierras. Varela heredó sistemas educativos, de transporte, de recolección de basura, servicios de salud y distribución de agua colapsados. Los sectores productivos de la economía como la agricultura, la industria manufacturera, pesca y minería se siguen hundiendo sin rescate a la vista. Aún más peligroso, las cuencas y sus ríos, los humedales, los bosques y la sostenibilidad misma del sistema ecológico del istmo se someten sistematicamente a una lógica de negocios que son aprobados o rechazados en el Palacio de las Garzas.
Varela ya no puede esconderse detrás de Martinelli y sus socios que están siendo investigados por diferentes delitos relacionados con el despojo de las arcas públicas del país. Es responsable de la falta de recursos en el Ministerio de Salud y de la CSS. No porque en el país escasea dinero. El desplome de los servicios de salud es el resultado del mal manejo administrativo y la inversión en proyectos que sólo brindarán ganancias para los empresarios premiados por el dedo presidencial: Ciudad de la Salud, ‘externalización’ de las intervenciones quirúrgicas y construcción de hospitales en el interior donde las comunidades necesitan urgentemente centros de salud.
La lista de los fracasos rotundos (sin ignorar la corrupción) se extienden a las políticas de educación, de seguridad ciudadana y seguridad nacional, de vivienda y el ordenamiento urbano, de producción agrícola, de construcción de hidroeléctricas, de obras públicas, de turismo e, incluso, política exterior. Todos los desastres tienen un fondo común: Los gobernantes no están trabajando para el país y menos para el pueblo. La totalidad de sus energías están dirigidas a concebir, articular y ejecutar negocios que beneficien una pequeña casta de empresarios. Si Martinelli logró rodearse de un ‘círculo cero’ empresarial que aprovechó las mochilas, el arroz, el servicio exterior, las medicinas, el desorden urbano y muchos otros rubros para enriquecerse de manera ilícita, hay indicios en todos los despachos públicos y en muchos privados de que Varela está armando su propio ‘circulo’ para hacer negocios. 
13 de agosto de 2015.

jueves, 6 de agosto de 2015

La ciencia es un arma para la transformación



Una de las limitaciones más sentidas en Panamá es la falta de una política de desarrollo científico.  Hace 20 años el gobierno nacional creó la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT) que ha contribuido en forma significativa a llenar este vacío. Sin embargo, las políticas que se impulsan parecieran no dar los resultados esperados por ser muy débiles y, en gran parte, orientadas en la dirección equivocada.
Antes de continuar, hay que preguntarse – como país – ¿para qué sirve la ciencia? Mi respuesta la daría a tres niveles: En primer lugar, para contribuir a la calidad de vida de los panameños. A vivir con dignidad. En segundo lugar, la ciencia nos permite formar un tipo de hombre y mujer con pensamiento crítico, capaz de darle respuesta a los problemas más sentidos del país. En tercer lugar, el desarrollo de la ciencia y la tecnología le permitiría al país multiplicar su capacidad productiva. Sobre todo, en las áreas agropecuaria, industrial, logística, así como urbanística, de salubridad y social.
En una carta enviada por la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia (APANAC) a los candidatos a la Presidencia de la República el año pasado, esta organización le planteaba, a cada uno, los retos que enfrenta el país para impulsar la ciencia. A su vez, presentaba opciones de acción para elevar el nivel científico (promover el pensamiento crítico) de nuestra juventud.
APANAC sostiene que se debe fortalecer el funcionamiento de las instituciones asociadas con la ciencia y mejorar significativamente la educación, así como los sistemas de investigación e innovación, los cuales son fundamentales para que Panamá mejore su competitividad. Agrega que la ciencia es indispensable para impulsar la economía del país “a un nivel similar al desarrollo de los países líderes del mundo (y) crear empresas que compitan a nivel mundial... Para lograr (este objetivo) y alcanzar un mayor índice de bienestar y desarrollo humano hay que alcanzar una capacidad científica y tecnológica nacional de excelencia”.
El grupo de científicos panameños llaman la atención al hecho de que el gobierno panameño apenas le dedica el 0.3 por ciento del presupuesto nacional a la investigación científica ($60 millones). Propone que esta cantidad se duplique a corto plazo para alcanzar el 0.6 por ciento del presupuesto ($120 millones). APANAC hace énfasis en la educación formal tipo universitaria y otras. Hay que invertir en la formación de científicos.  Estamos totalmente de acuerdo.
Señala 4 objetivos:
1.      Dar una nueva y auténtica prioridad a la ciencia. 
2.      Fortalecer el recurso humano en ciencia y tecnología.
3.      Establecer principios rectores de la investigación científica.
4.      Hacer los esfuerzos que sean necesarios para tener una educación de calidad a todos los niveles.
Sin embargo, la ciencia no se puede limitar a las paredes de las academias. Es indispensable que una política de promoción de la ciencia (como herramienta y método de trabajo e investigación) desborde las aulas y se integre a todos los niveles del país. Es decir, el proyecto científico tiene que ser nacional. Todas las industrias, agroindustrias, campos, empresas logísticas, centros de salud deben tener sus planes de investigación científica. Las entidades gubernamentales deben ser ‘laboratorios’ de investigación (como en los “países líderes del mundo”). El proyecto también tiene que afincarse en las comunidades y en los hogares.
Los gobiernos de turno tienen que incluir en sus presupuestos – que respondan a un plan de desarrollo nacional integral – instancias de investigación científica. Esta política tiene un alto costo. Hay que reciclar a los mandos políticos y empresariales. ¿Estaría dispuesto el presidente Varela – un ingeniero de formación y empresario agro-industrial – a gobernar con un criterio científico?
¿Le daría a un equipo de científicos la responsabilidad de resolver el problema del conflicto con el pueblo gnobe que no quiere una represa en Barro Blanco, los humedales de Juan Díaz o el creciente crimen organizado en el área metropolitana de la ciudad de Panamá? ¿Sería el presidente capaz de formar un gabinete científico como manda la ley que creó SENACYT?
Los políticos que diseñan el presupuesto pueden responder que Panamá no tiene el personal calificado. Entonces hay que formarlos con urgencia para lo cual se necesitan recursos. APANAC ha planteado con claridad cual es el reto y cual es la meta en el campo de la ciencia. Ahora le toca al gobierno – que maneja el presupuesto nacional - a moverse rapidamente y dar los pasos necesarios.
 6 de agosto de 2015.