jueves, 26 de febrero de 2015

El Estado Islámico y Panamá





Le dedicamos unas líneas al Estado Islámico (EI) de Irak y Siria en reacción inmediata a la declaración del gobierno panameño anunciando su apoyo a la alianza militar encabezada por EEUU que pretende contener la ofensiva del movimiento fundamentalista. La reciente ejecución de 20 cristianos egipcios en Trípoli (Libya) por el EI ha horrorizado a la opinión pública mundial.
El gobierno panameño está siguiendo el ejemplo del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014), que asumió posiciones internacionales que no respondían a los intereses de Panamá. Martinelli jugo con los diferendos en el medio oriente y en el este asiático Ahora, el presidente Juan C. Varela se suma a una guerra contra un movimiento que proclama su lealtad a una corriente religiosa. Mañana, ¿se sumará el gobierno a la guerra de EEUU en Ucrania, a la política de aislamiento contra Irán o a las acciones de desestabilización del presidente Obama contra el gobierno bolivariano de Venezuela?
Veamos quienes son los tres actores en esta tragedia: El EI (y sus aliados sauditas, turcos y egipcios), EEUU (y la OTAN) y, finalmente, Panamá (y la Embajada de EEUU).
El EI es un proyecto político de una importante facción política que cuenta con el apoyo de comunidades sunitas distribuidas en Iraq y Siria y con simpatizantes a escala mundial. Es financiado por el reino de Arabia Saudita, fue organizado militarmente por EEUU y en la actualidad recibe apoyo de Turquía y Egipto. Su bandera de lucha se basa en la corriente sunita que reivindica los valores árabes y musulmanes ‘tradicionales’ en el medio oriente.
El EI es una criatura de la política norteamericana que pretendía debilitar a los chi’i (otra facción musulmana) en Irán y la influencia soviética en Afganistán (en la década de 1980). Al igual que EEUU, los sunitas son enemigos de la Hermandad Musulmana que representa la corriente política más poderosa en Egipto y Hamas en la franja de Gaza. Es enemigo también de Hezbola, presente en El Líbano.
Utilizando a Arabia Saudita y los Emiratos árabes como frentes, las agencias subversivas de EEUU organizaron, financiaron y armaron a los sunitas de Al Qaeda. Después abanicó a los sunitas en su lucha contra el gobierno laico (único en la región) de Siria. El Estado Islámico cuenta con armas y adiestramiento militar norteamericanos, así como dólares de Arabia Saudita. El EI, más que una invasión que barrió con toda oposición en el Levante, es el producto de una insurrección. Ocupó los territorios que respondían a su ideología (religión) y objetivos políticos.
EEUU, en cambio, tiene como única estrategia en el medio oriente, dominar los ricos yacimientos de petróleo. El 50 por ciento de la producción mundial de esta fuente de energía está concentrado en los países árabes y el golfo Pérsico.
Desde la década de 1950, EEUU desestabilizó, primero, las potencias coloniales (Inglaterra y Francia) que controlaban la región, después a los gobiernos árabes nacionalistas que reemplazaron a los europeos y, en la actualidad, sataniza a los gobiernos fundamentalistas. Su objetivo estratégico es contar con regímenes inestables (Libia, Siria, Yemen, Palestina e Iraq), sumisos (Marruecos, Jordania, Kuwait y Túnez), militares (Egipto y Argelia) o dependientes (Arabia Saudita y los Emiratos). Por el momento su peor enemigo es Irán que no se somete a las políticas de Washington. Su aliado incondicional, desde 1955, es Israel. Ambos están en la región pero sus pueblos no son árabes. 
¿Qué tiene que ver Panamá en esta lucha por controlar el petróleo del medio oriente? La respuesta es obvia: Nada. Según el gobierno panameño, se sumó al grupo para "combatir el terrorismo y los actos de violencia producto de la intolerancia religiosa, cultural y étnica".
Panamá debe contribuir a la paz en el medio oriente sin inmiscuirse en asuntos ajenos con falsas pretensiones de “bloquear fuentes financieras o ser parte humanitaria”. Hace poco, para ejercer presión política sobre Panamá, EEUU colocó las operaciones bancarias del país en una lista ‘gris’. La ‘cooperación’ de Panamá podría aliviar al centro bancario de las presiones de Washington. En todo caso, Panamá perdió la oportunidad de convertirse en una pieza clave en la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos en la región. Especialmente en la ofensiva contra Venezuela de EEUU.
Ante la falta de iniciativa del gobierno en la cumbre, que se efectuará en la ciudad de Panamá en abril, le tocará a los movimientos sociales asumir el papel.
26 de febrero de 2015.

jueves, 19 de febrero de 2015

¡Hay que derogar la Ley 51 que se robó las pensiones!




 La crisis que sacudió a la Caja de Seguro Social (CSS), provocada por el proyecto de ley que le cargaba un impuesto a la gasolina para financiar un aumento a los asegurados menos favorecidos, descubrió la injusticia implícita en la Ley 51de 2005. Retirado el proyecto de ley, el gobierno del presidente Varela activó la nefasta ley 51 y anunció que traspasaba los ahorros de los trabajadores a las bolsas de valores a escala internacional.

Al mismo tiempo que hizo del conocimiento público que las bolsas ‘jugarían al casino’ con los ahorros de los trabajadores panameños, también señaló que el programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) se había quedado sin fondos. En palabras del gobierno, en 2016 “el subsistema de beneficios entrará en déficit operativo”. Además, “en 2024 se agotarán las reservas para pagarle a los jubilados sus pensiones”. De un solo plumazo, la Ley 51 descabezó el programa IVM y dejó a miles de futuros pensionados en la calle.

El ministro de Economía y otros altos funcionarios públicos, en medio del debate en torno al impuesto sobre la gasolina, lamentaban que los trabajadores no tendrán en 2024 una pensión porque el programa IVM no tendrá fondos para pagarles. Sin embargo, no decían cuál era la causa de este desastre. La razón es muy sencilla: La Ley 51 de 2005 traspasó las cuotas que iban al programa IVM de la CSS (para pagar las pensiones) a empresas privadas.
Cada trabajador afiliado a la CSS ahora tiene una cuenta individual que maneja una empresa privada. El sistema tiene antecedentes en el programa neo-liberal introducido en Chile en 1980 bajo la dictadura militar de Pinochet. En ese país se introdujo una clausula que obligaba al gobierno a cubrir las pensiones de los asegurados que no podían cubrir sus cuotas. Las exportaciones de cobre cubren la diferencia.
En Panamá los asegurados han quedado indefensos y en 2024 el sistema ya no cubrirá a los trabajadores cuando les toque pensionarse. Los gobernantes no quieren tocar el tema porque los empresarios que especulan con los fondos de los asegurados se están haciendo cada vez más ricos.
Hace exactamente 10 años, en febrero de 2005, decíamos que “los problemas que enfrenta la seguridad social panameña se pueden resumir en dos puntos: Primero, descuido administrativo y 2. Falta de planificación.
El descuido administrativo incluye corrupción en todos los sectores, especialmente en la prestación de servicios médicos. Pero también incluye las operaciones financieras que benefician a unos sectores interesados en desmedro de los asegurados”.
Panamá tiene que derogar la Ley 51 y regresar al sistema de seguridad social solidario. Al mismo tiempo, tiene que erradicar la corrupción que corroe a la institución. En el período 2009-2014, se calcula que se perdieron más de 1.5 mil millones de dólares en actividades que podrían asociarse con prácticas de corrupción.
El antiguo director de la CSS fue denunciado por transferir 500 millones de dólares del Programa IVM para invertirlos en la construcción de una llamada “Ciudad Hospitalaria”. La “obra” está actualmente abandonada pero los especuladores e inversionistas ya se llevaron los fondos que los asegurados ahora tienen que poner en su cuenta de pérdidas.
Según Juan Jované, urge “un cambio hacia una forma de crecimiento de la generación de empleos, el aumento de la productividad y la presencia de salarios cónsonos con una vida digna para el trabajador”.
El doctor Mario Aixel Rodríguez  señaló que “las autoridades de la CSS reconocen que el último estado financiero auditado fue en 2008. Durante la última administración, los estados financieros no fueron auditados”. Esto fue reconocido por la ex contralora durante su comparecencia en la Asamblea de Diputados a fines de 2014. Incluso, reconoció que el sistema impuesto por la ley 51 de 2005 “era un total fracaso”.
El problema de la CSS no es la falta de recursos. Más bien es la corrupción. En los últimos cinco años – todo indica que aún no ha cambiado -  se  ‘privatizaron’ muchos servicios y se crearon jubilados ‘especiales’. Entre los programas en manos privadas de ‘terceros’ se destacan el ‘médico de cabecera’, la Unidad de Hemodiálisis y Diálisis Peritoneal, el Programa de salud renal, el alquiler de máquinas de anestesia, externalización de las mamografías, servicio de aseo de las salas de hospitalización, contratación de camas en hospitales privados para pacientes VIP, entre otros.
19 de febrero de 2015.

jueves, 12 de febrero de 2015

La Línea 2 del Metro no puede ser otro Carnaval



Se anunció que hoy se abren las ofertas para la construcción de la segunda línea del Metro de la ciudad de Panamá. Con los antecedentes de la primera línea inaugurada en 2014, circulan sospechas en torno a la transparencia de la nueva iniciativa cuya construcción demorará unos cuatro años (2015-2019).

La línea 1 del Metro fue plagada de sobrecostos. Su presupuesto inicial en 2010 rondaba cerca de los 1.45 mil millones de dólares y terminó costando más de 2 mil millones. El cálculo de la nueva línea es 2 mil millones de dólares. La línea conectará el populoso distrito de San Miguelito con la zona de rápido crecimiento en el este del área metropolitana de la capital panameña (de Pedregal a Pacora). Tendrá una extensión de 22 kilómetros y 16 estaciones.
El gobierno actual no ha comenzado a construir la nueva vía metropolitana y ya se presentan diferentes problemas de carácter financiero, de viabilidad y de desarrollo urbano. La obra presenta un número plural de oportunidades que le permitirá a los especuladores saciar sus apetitos para hacer ganancias extraordinarias. Algo parecido a lo hecho por el gobierno que presidió Ricardo Martinelli en el período 2009-2014.
En lo relacionado al financiamiento de la construcción, se procederá bajo la modalidad nada transparente de ‘llave en mano’. Los proponentes irán a la licitación por mejor valor, con evaluación separada, sin conocer el precio de referencia establecido por el Estado. Según un diario de la localidad, esta situación “va en contra de las prácticas de transparencia en la contratación de proyectos de inversión pública”. La modalidad, además, se combina con el hecho de que el precio de referencia no es dado a conocer por el gobierno. El Ministerio de la Presidencia supuestamente tendrá el precio estimado de la obra “en un sobre sellado en una bóveda del Banco Nacional”.
Hoy se presentarán tres consorcios formadas por 7 empresas extranjeras: Hay tres españolas, dos chinas, una brasileña y otra mexicana.  En primer lugar, el consorcio formado por la brasileña Norberto Odebrecht y la española FCC –que en 2010 se adjudicó el contrato para la primera línea. Segundo, el grupo integrado por la mexicana Ingenieros Civiles Asociados (ICA) con la española Actividades de Construcción y Servicios (ACS). Finalmente, el grupo China Harbour Engineering and Construction Company con China Railway y la española Insolux Corsan.
La experiencia panameña señala que hay que tener mucho cuidado con estas empresas. Todas son arrogantes en su trato y están acostumbradas a corromper a los funcionarios públicos. Ver los ejemplos de las carreteras, represas, ampliación del Canal y otras tantas obras emprendidas por Panamá en la última década.
En lo relacionado con la viabilidad, la ruta de la línea 2 parece seguir la lógica del sendero campesino. Es decir, continuar por el camino trazado por varias generaciones anteriores. Las críticas más comunes se refieren al hecho que la nueva línea de Metro - que se construirá sobre la superficie – destruirá las carreteras que fueron ampliadas recientemente a ‘sobrecostos’ millonarios.
Además, no contempla enlaces con otras vías que puedan facilitar el viaje a los pasajeros. Quizás la peor parte del diseño es que la línea 2 empata con la línea 1 en el centro del distrito de San Miguelito donde se creará un enjambre de proporciones incalculables.
Por último, los ingenieros que idearon la propuesta – tanto la línea 1 como la línea 2 – sólo contemplaron las ganancias que arrojan a favor de los empresarios involucrados en la aventura especulativa. En el caso de la línea 2 que une, mediante una vía de 22 kilómetros, toda la extensión oriental de la capital panameña (500,000 habitantes) no se contempló un plan de desarrollo urbano ni la calidad de vida de la población.
La línea del Metro tiene que contemplar el ordenamiento territorial de un sector de la ciudad cuya población está creciendo a tasas anuales que superan el 15 por ciento. En la próxima década se puede calcular que tendrá más de un millón de habitantes. En la actualidad, en la zona los ‘desarrollistas’ imponen la ley de la ‘selva’, sin organización de tipo alguno, donde los ríos son desviados causando inundaciones y los manglares que corren a orillas del mar son arrancados de sus lechos.
La Línea 2 del Metro puede seguir la ruta del Carnaval o contribuir al desarrollo de la ciudad y sus trabajadores. Hay que escoger.
12 de febrero de 2015.



jueves, 5 de febrero de 2015

Política y cultura en Tareas



La revista Tareas inaugura 2015 (con el número 149) iniciando la indización de su publicación. Esto significa que los lectores de la revista, fundada en 1960, descubrirán en sus páginas cambios formales que pretenden hacer más fácil su acceso.
La revista Tareas presenta en el número 149, una fiesta de titanes, dos poetas de dimensiones históricas se enfrentan en combate literario. Aristides (‘Chito’) Martínez Ortega, compañero de luchas de Ricaurte Soler, y Tristán Solarte, ambos relacionados con el nacimiento de la revista en los debates de los cafés de la ciudad, en los pasillos de la Universidad y en los combates ideológicos de la época. Solarte dice que Martínez es de una generación que le devolvió su transparencia a la poesía. No quiere decir, sin embargo, que no supo asumir el compromiso de todo un pueblo en su lucha por recuperar su dignidad. De la antología seleccionada ofrecemos un abre boca de Martínez tomado de su ‘himno’ al Canal de Panamá:
Alcanzamos / por fin / la victoria / en el Canal.
Con ardientes / protestas, / con apaleados, / con encarcelados,/ con muertos  / rescatamos / las aguas secuestradas.
Es preciso / ¡que nunca! / ¡que nadie! / cubra con un velo / el calvario / el pasado / la cruz.
La revista Tareas también abre sus páginas al análisis de la educación, uno de los problemas más serios que enfrenta el país. Los artículos del profesor Pedro L. Prados y del investigador chileno Andrés Donoso, así como el discurso de Pedro Rivera, dan alerta a la crisis creada por los gobiernos de turno recientes en torno a la educación nacional. El sistema educativo de Panamá - e, igualmente, de la mayoría de los países de la región - fue desmontado y convertido en ´cárceles’ para instruir a la fuerza de trabajo que demanda un empresariado raquítico. Rivera, el poeta nacional, plantea de manera lúcida que es necesario entender al conjunto de “la sociedad como el sistema educativo integral, en la cual los mecanismos especializados en transmitir, investigar y construir conocimientos… La escuela tiene una limitada participación, hasta ahora sólo sirve para darle soporte a las desigualdades sociales. La única manera de revertir esta tendencia, históricamente prefijada, es modificando el entorno social”.
Tareas también destaca dos artículos que estudian las contradicciones económicas que remecen las estructuras mundiales en el contexto de nuestra América. Por un lado, el trabajo del científico social argentino Claudio Katz, aborda la crisis de EEUU y su política hacia la región latinoamericana: “Con una diplomacia más afable despliega tropas para reorganizar su dominación”. Por el otro, observa como el avance europeo se ha detenido, mientras que la presencia china se acrecienta, disputando negocios pero no preeminencia político-militar”.
A renglón seguido, el economista Berterretche presenta – a través de su análisis del caso de Uruguay - como China ha penetrado las economías de la región convirtiéndose en uno de sus principales clientes e inversionista. Esta relación está contribuyendo a la reorganización de las relaciones sociales de producción y, a la vez, a la transformación de la relación sociedad - naturaleza.
En 2014 conmemoramos el cincuentenario de la gesta heroica del 9 de enero y el 25º aniversario de la perversa invasión militar norteamericana. También se celebró el centenario del Canal de Panamá. En medio de estos aniversarios, se organizaron las elecciones generales del 4 de mayo de 2014 donde emergió triunfante el presidente Varela. Tareas presenta en un dossier tres abordajes sobre el significado de las elecciones. Guillermo Castro dice que “en los resultados desempeñó un importante papel el factor moral de repudio a la corrupción y el deterioro de la institucionalidad vigente a lo largo de los últimos quince años”. Abdiel Rodríguez agrega que “el triunfo de Varela continua con la costumbre electoral de la alternancia en el poder (sin) buscar una alternativa real… práctica que se ha convertido en la forma de frenar el continuismo”. Marco A. Gandásegui cierra el dossier afirmando que “el pueblo panameño sabrá identificar a la izquierda y su mensaje de cambios sociales cuando (esa corriente política) desarrolle las teorías que emergen de la realidad popular”.
Tareas acoge en sus páginas el mensaje de solidaridad del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) “Justo Arosemena” para con los familiares de los 43 estudiantes normalistas de Guerrero, asesinados por la mafia que controla los aparatos represivos del Estado mexicano.
7 de febrero de 2015