Los resultados de las elecciones parlamentarias apuntan más hacia una derrota de las fuerzas chavistas que a un triunfo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que aglutina 28 partidos pequeños y desorganizados. Los errores estratégicos del gobierno venezolano en los últimos años desmovilizaron al pueblo bolivariano y socavó su compromiso con las urnas. Algunos dirán que la intervención directa del poderoso brazo político y económico de EEUU contribuyó en forma significativa. La campaña de desestabilización de la oligarquía venezolana se sumó a los esfuerzos de Washington.
EEUU quiere conservar intacto su control sobre las reservas petroleras más importantes del planeta que están precisamente en Venezuela. Los Cisneros y sus aliados temen perder su dominio sobre la red financiera y comercial que les permite dominar la economía del país bolivariano. A pesar de las derrotas electorales sufridas desde 1998, en esta ocasión la unidad de la oposición ganó la contienda.
La coalición de la MUD puede obtener 110 curules, que le daría
una amplia mayoría de casi dos tercios. Mientras tanto, el Partido Socialista
Unido de Venezuela (PSUV) fundado por Chávez ocuparía 55 curules de los 167
escaños de la Asamblea Nacional. Según el periodista Dick Emmanuelson, la nueva
Asamblea, una vez instalada, puede tomar control de los poderes públicos.
“Tiene la potestad de convocar una Asamblea Constituyente, reformar la
Constitución, aprobar Leyes Orgánicas, nombrar y remover magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral”. Emmanuelson
pronostica que “lo primero que va a hacer (la oposición) es juntar firmas para
pedir la revocatoria del mandato del presidente Maduro”. Tendría que recoger
firmas del veinte por ciento de los electores inscritos para convocar a un
referéndum.
Según el sociólogo Juan Agulló y Rafael Rico, hay
seis claves que ayudan a entender los resultados electorales en Venezuela. La
primera fue tomar posesión de la “renta petrolera” que enemistó a EEUU. Segundo,
no romper con la dependencia petrolera. Tercero, sucumbió ante la campaña de
desestabilización económica. Cuarto, no logró institucionalizar los programas
sociales. Quinto, le permitió a una derecha radical tomarse las fuerzas de
oposición. Sexto, no diseñó políticas claras y precisas.
Si la oposición encabezada por EEUU y la
oligarquía, y con un movimiento político disperso, identifica un gobierno
debilitado o inseguro no dudará en utilizar su triunfo electoral para pretender
arrasar con la Revolución chavista. Para ello cuenta con recursos financieros
sin límites. Todo indica que la Casa Blanca apoya al ex -candidato a la
presidencia, Enrique Capriles Radonski, quien está midiendo su tiempo y espera
las elecciones presidenciales de 2019. Los grupos más extremistas, como los
representados por Leopoldo López, tienen el apoyo de sectores importantes de la
oligarquía venezolana que apuestan a una salida violenta. No hay que descartar
el magnicidio como una carta en el arsenal de estos grupos.
El petróleo ha sido la fuente de ingresos fiscales
desde que el dictador Juan Vicente Gómez presidía Venezuela y fue descubierto
el primer pozo a principios de la década de 1920. En 25 años, 1923 – 1948, surgió una oligarquía asociada al oro negro
que logró amasar una de las fortunas más grandes de América latina. A mediados
de la década de 1950 un movimiento encabezado por las clases medias urbanas –
social demócratas y social cristinos – se apoderaron del gobierno y pusieron la
riqueza petrolera al servicio de ese sector. La corrupción y abusos, sin
embargo, llegaron a tal extremo que se produjo el ‘caracazo’ en 1989.
El pueblo frustrado y movilizado apoyó la propuesta
del coronel Hugo Chávez quien llegó al poder en 1999 e inició un proceso de
redistribución de la riqueza petrolera entre todas las clases sociales,
especialmente las más pobres. Antes de morir en 2011 era conciente que el
proyecto se estaba agotando y necesitaba ‘un golpe de timón’ para impulsarlo a
puerto seguro. Capriles, en cambio, representa un retorno a los gobiernos
corruptos que culminaron su período con el ‘caracazo’. López representaría un
retorno a los tiempos oligarcas de Juan Vicente Gómez.
10 de diciembre de 2015
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