jueves, 1 de enero de 2015

“Los principios no se negocian”, dijo Castro

Hoy se celebra el 56º aniversario de la Revolución cubana. Hace dos semanas, el presidente Raúl Castro sorprendió gratamente al mundo con el anuncio de que EEUU había liberado a los antiterroristas cubanos injustamente encarcelados. Al mismo tiempo, también informó que se iniciaban conversaciones entre Washington y La Habana para reestablecer relaciones diplomáticas entre ambos gobiernos. En un giro muy inusual, las palabras de Raúl Castro fueron difundidas en forma simultánea con el discurso del presidente de EEUU, Barack Obama. Ambos mandatarios, enfatizaron el significado del cambio en las relaciones diplomáticas.
Para Raúl una nueva relación de La Habana con Washington debe contribuir al giro económico que el gobierno cubano está impulsando. El éxito de la nueva política económica depende de la dinámica que puede adquirir la producción de los 8 millones de trabajadores cubanos. Cuba necesita incrementar sus relaciones con el mercado mundial. Este objetivo lo está alcanzando poco a poco estableciendo acuerdos con China, Brasil, Canadá y Europa. Si suma a EEUU, puede darle un impulso significativo a la dinámica propuesta.

Para Barack Obama también hay un interés económico. Sectores importantes del capitalismo productivo así como de los servicios tienen años pidiendo una apertura. El ocupante de la Casa Blanca, sin embargo, hizo más énfasis en la cuestión política. El mandatario fue explícito al decir que EEUU tiene 50 años de fracasos tratando de destruir la Revolución cubana mediante la fuerza y las conspiraciones. Ahora, dijo, Washington intentará acabar con Cuba utilizando armas económicas. El abrazo implícito en las nuevas relaciones se convertiría en una llave estranguladora.

Obama pretende seguir controlando las relaciones con Cuba utilizando los mecanismos que le ofrece el bloqueo. El cerco que rodea a la isla llega al extremo que si un deportista cubano quiere viajar a EEUU para desempeñarse como profesional, sólo puede hacerlo si se declara un asilado político. Las autoridades cubanas le dan su pasaporte para que salga de Cuba, pero en EEUU la ley del bloqueo impide que sea contratado. Las prohibiciones, en muchos casos, pueden parecer ridículas, pero en general le han causado un daño enorme a la economía cubana.

En EEUU los empresarios ligados a las mafias incrustadas en el establishment – que incluye al gobierno de ese país - ya comenzaron a imaginarse los casinos, prostíbulos y transacciones ilícitas. Ya han dado a conocer sus planes para apropiarse de las playas, tierra e, incluso, las marcas emblemáticas de la producción cubana.

Cada paso en las futuras negociaciones entre Washington y La Habana será de enorme importancia para Cuba y su pueblo. América latina estará caminando junto con Cuba y solidarizando con su Revolución como lo ha hecho durante los últimos 56 años.

Claudio Katz sintetiza lo que significa Cuba para los latinoamericanos y los demás pueblos del mundo: “Aportó el mayor ideario de transformación social a varias generaciones. Su revolución conmovió a la juventud, convulsionó a las organizaciones políticas y sacudió a la izquierda. En la década de 1960 el castrismo rompió todos los dogmas al demostrar que un proceso socialista era posible en el continente”.

Pero el ejemplo cubano no sólo descansa sobre los logros de sus heroicos guerrilleros.  Cuba cuenta, según Katz, con niveles de democracia real superiores a cualquier plutocracia capitalista. Sus líderes no son elegidos por una elite de banqueros e industriales, ni surgen de la cosmética publicitaria que construyen los medios de comunicación. Tampoco rige el terror contra la población o la intimidación que impera en muchos de los regímenes de la región.

Katz también apunta al hecho que “Cuba es una isla sin desempleo, indigencia o pobreza masiva. Están cubiertas las necesidades básicas de la población. Todas las familias tienen acceso a la alimentación, la educación y la salud. Cuba cuenta con un excelente nivel de escolaridad. Según el Banco Mundial su sistema educativo mantiene parámetros semejantes a Finlandia, Singapur o Canadá.

El analista argentino agrega que “el índice de esperanza de vida supera en cinco años al resto del continente. Tiene el promedio más bajo de malnutrición de América Latina. Además, posee el índice de seguridad alimenticia más elevado de la región y un nivel de pobreza (4 por ciento), que contrasta con la media de América latina (35 por ciento)”. Estos logros no se negocian, dijo Raúl Castro: “Como Fidel señalara, sin renunciar a uno solo de nuestros principios”.

1º de enero de 2015.

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